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Peña Nieto aplazó presentación de reforma energética |
Fecha: 2013-08-08 |
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El presidente mexicano Enrique Peña Nieto ha decidido posponer la presentación de la iniciativa de reforma energética, que se esperaba fuera enviada al Congreso de la Unión este miércoles, para la próxima semana. Fuentes del Gobierno federal, recoge la prensa local, han decidido aplazar la presentación de la reforma principalmente por "correcciones al texto".
Unas horas antes de conocerse la noticia fuerzas políticas en el país comenzaban a fijar sus posturas y expectativas sobre los cambios legislativos que el mandatario del PRI propondrá en materia de petróleo, gas y energía eléctrica. La reforma de Petróleos Mexicanos (Pemex) es sin duda la que mantiene en vilo a los partidos políticos del país, ya que desde 1938 cuando el presidente Lázaro Cárdenas decretó la expropiación del petróleo, la compañía ha estado bajo la tutela del Estado.
Senadores del Partido Revolucionario Institucional (PRI) han confirmado que la propuesta de Peña Nieto incluye cambios a la Constitución mexicana que permitirían la inversión de capital privado en Pemex. El mismo mandatario lo confirmó en junio en Londres al diario británico Financial Times cuando aseguró que para la reforma de Pemex se harían “los cambios constitucionales necesarios para dar certidumbre a los inversionistas privados” y que para hacerlo echaría mano del Pacto por México, un acuerdo firmado con los legisladores de su partido, el PRI, con los del Partido Acción Nacional (PAN) y el Partido de la Revolución Democrática (PRD) en el que se comprometían a sacar adelante las reformas estructurales.
Las palabras de Peña Nieto dieron la señal para que cada fuerza política preparara su propuesta sobre la reforma energética. El Partido Acción Nacional (PAN, de derecha) presentó la suya la semana pasada, claramente posicionada a favor de la modificación de los artículos 25, 27 y 28 de la Constitución para permitir las concesiones para la exploración y producción de hidrocarburos a empresas privadas. Los legisladores panistas han insistido en que el petróleo seguirá siendo propiedad de la nación y Pemex, propiedad del Estado mexicano. Además han propuesto cambios en el régimen fiscal de Pemex para evitar que gran parte de los ingresos de la renta petrolera (hoy, de un 67%) vayan al gasto nacional, asfixiando a la petrolera. El PAN también ha apostado por sacar del Consejo de Administración de PEMEX al Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM), un gigante de 140.000 trabajadores, liderado por Carlos Romero Deschamps.
Según el PAN, estas modificaciones constitucionales conseguirían recursos para la modernización de Pemex, solución al pasivo laboral de más de 1,3 billones de pesos (102.000 millones de dólares) y mayor autonomía en la gestión de la paraestatal. Además, aseguran, traerían un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de hasta el 2%. La propuesta panista estima que las inversiones al sector energético podrían alcanzar los 300.000 millones de dólares al año, principalmente del extranjero. Hasta ahora, Pemex no permite que compañías privadas perforen el subsuelo y tiene relación con éstas sólo como proveedoras de servicios petroleros, tal es el caso de las estadounidenses Halliburton y Schlumberger. El partido de derecha también ha argumentado que las modificaciones constitucionales podrían conseguir la creación de 100.000 empleos formales en México al año. Para aprobar los cambios en la Constitución, sería suficiente que el PRI y el PAN se aliaran en las dos cámaras del Congreso para sacarlas adelante, ya que sus legisladores suman tres cuartas partes de los votos necesarios para reformarla.
Ante la propuesta del PAN y la inminente presentación del proyecto energético de Peña Nieto en el Congreso con miras a cambiar la Constitución, el antiguo candidato presidencial de izquierda, Andrés Manuel López Obrador, se ha pronunciado contra la reforma. “Quieren volver a entregar el petróleo a extranjeros y para eso quieren modificar el artículo 27 constitucional. Esto sería terrible porque serían los extranjeros quienes se llevarían la renta petrolera, las ganancias, la utilidad. Nos quedaríamos sin presupuesto, no habría dinero para educación pública, salud y desarrollo. Reformar el artículo 27 es traicionar a la patria, el que entrega los recursos naturales a los extranjeros es un traidor a la patria”, ha dicho en un vídeo difundido este lunes por su Movimiento Regeneración Nacional (Morena). López Obrador ha convocado a una protesta el próximo 8 de septiembre en el Zócalo, la principal plaza en la capital del país, para demostrar que la oposición a la reforma va más allá de sus seguidores.
Por su parte, el PRD ha convocado a una consulta popular sobre la reforma energética el 25 de agosto y el 1 de septiembre. El partido político de izquierda se ha mostrado escéptico de los beneficios que la reforma puede traer a Pemex a partir del ingreso de la inversión privada al sector, al mismo tiempo que reconoce que la modernización de la petrolera es una prioridad. Para mitigar las dudas de la izquierda, los senadores del PRD han acordado que los secretarios de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong; de Hacienda, Luis Videgaray; y de Energía, Pedro Joaquín Coldwell se presenten a una reunión plenaria el 19 y 20 de agosto para sostener un debate público sobre la reforma de cara al inicio del periodo ordinario del Congreso, que empieza el 1 de septiembre. Coldwell ya ha adelantado parte del proyecto a la Coparmex, la patronal más grande del país, que presentará su postura este martes.
La propuesta de la reforma energética de Peña Nieto llegará al Congreso unos días después de que Pemex presentara sus resultados del primer semestre de 2013. La paraestatal no ha mostrado más que pérdidas. En los primeros seis meses del año, sus ventas han sido de 789.405 millones de pesos (61.000 millones de dólares), un 3,4 % menos que en el mismo periodo de 2012. Los dos últimos trimestres Pemex han sumado pérdidas por 53.385 millones de pesos (4.000 millones de dólares), a causa de la reducción de las exportaciones, principalmente hacia Estados Unidos, país que ha dibujado una política en la que minimiza la importación de los hidrocarburos mexicanos. Pemex es la séptima petrolera del mundo y para México representa una tercera parte de sus ingresos, en lo único que hasta ahora los diferentes actores políticos han coincidido es que la compañía debe cambiar.
FUENTE: AGENCIA EFE |
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